| Para la mayoría de la gente es sabido que varios primitivos actuales tienen dentro de sus costumbres comer gente. Si señores, el canibalismo sigue y seguirá mientras haya instintos animales que, dicho sea como pleonasmo, lo alimenta.
Pero el canibalismo no solo se da en aquellos niveles que le suenan tan lejanos a nuestra civilización, no, esta conducta humana está muy cerca, mas cerca de lo que usted pueda imaginar. Mire, aquella mujer que hace sus compras de la semana en el mercado, ha puesto especial atención en los diestros movimientos del carnicero para descuartizar a la res. Ella los imitará con el cuerpo de su marido ya inconsciente después de haberlo golpeado en la cabeza con gran frutero de cristal que se le puso enfrente, para protegerla de los golpes que le propinaba regularmente, cada noche que llegaba borracho. Después, lo cocinaría con su acostumbrado sazón y se comería sus manos, dedo a dedo.
Y que tal aquella joven de cándido vestido, con esa mirada tierna buscando algún incauto que quiera creer que ésta indefensa, triste y sola mujer busca protección ahora que su fuerte y gallardo novio la ha abandonado para irse a la frontera. La verdad es que se ha comido sus piernas y su torso mientras hacían el amor. Su pasión siempre fue incontrolable. Te voy a comer, le decía… pues bien, finalmente lo hizo.
O que tal aquel hombre solitario, serio por su recién enviudes, 25 años de casado. El amor de su vida murió de un inevitable cáncer avanzado. La cremaron, según dicen. Lo cierto es que el dolor lo consumió tanto por dentro desde que su esposa enfermó que necesitó de una fuerte dosis de medicamentos… al morir, la carne de su amada fue su salvación, comió parte de sus pechos y muslos.
Así que no les sorprenda si alguna vez oyen hablar de esta poco civilizada actitud, el canibalismo es una acción que mas de uno ha pensado en llevar acabo, y quizá no en su mas burda línea, sino en su sentido más poético: por el dolor de una autoestima consumida por un marido golpeador, por la pasión de un joven amor o por la resignación de perder a lo único que nos mantenía vivos… Por el canibalismo como forma de simbiosis, para sanar y llenar heridas…
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