| EN lo que todas estamos deacuerdo es en el grosor del pene. Desde luego que cada una tiene una elección personal, pero también influye el hecho de que haya visto más o menos, para así poder comparar. Desde luego que hasta que una no tiene en sus "manos" el pene que realmente le gusta, no sabrá definir claramente lo que sí quiere o no quiere, puesto que no lo ha provado. Y es que, por mucho que veamos...no hay nada como el catar. En cuanto a la depilación, no estoy deacuerdo contigo canabea, pues para nosotras ya es un cojoncio (y dueleeee), aunque es más cómodo, aunque ellos no tienen esa necesidad de depilación y no por la cultura en sí , si no porque el pelo que tienen alrededor de los testículos, quitarlo es muy doloroso (más que el nuestro a la cera), es más...puede que el acto pueda influirles a la hora de tener relaciones sexuales y en la calidad de su esperma. Hay que tener ojo con éstas cosas y no tomárselas como algo que surge por moda cultural ni estética. El pelo está por algo...y donde hay pelo hay alegría (como decía mi querido amigo Ronin). De todas maneras, el rasurarse, días después, genera un picor, que en nosotras que estamos acostumbradas (depilación de ingles, axilas, piernas) no es tanto como en el de ellos, que parece que tienen varias generaciones de piojos ahí asentadas...además de incómodo me parece antiestético para ellos. Soy mujer que gusta de hombres con pelo...no sea que se depilen más que yo, y un día me pillen con trencitas en las piernas.
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