| Antes de nada: 1) me encanta comer carne en todas sus variantes, sobre todo si es tierna y suculenta. 2) No me gusta la fiesta de los toros pero no me opongo a que exista.
En realidad comer carne también es un divertimento. El ser humano no la necesita. Pero está riquísima. ¿Por qué digo esto? Porque se esgrime como argumento que la fiesta nacional es cruel porque significa matar a un animal (cierto) con fines lúdicos (cierto). Pero es que deleitarse con un foie grass también es a mi juicio un divertimento, y ya sabemos qué hacen para que las ocas tengan un buen hígado... les meten un embudo en el cuello y les introducen el pienso a lo bestia para que el hígado se hipertrofie.
Como gran pecador que soy reconozco que la gula me puede y que disfruto comiendo ternera en lugar de vaca (con una vaca sacrificada se obtendría muchísima más carne, con lo que se podría alimentar a más gente con menos bichos muertos), cordero en lugar de oveja (ídem, mejor si es lechal), cochinillo en lugar de cerdo (y no digamos si es lechón), etc etc. Y es por disfrute personal, por deleitar el paladar.
Entonces ¿por qué no permitir que a quien le guste la fiesta de los toros disfrute con ella?
Eso sí. Que para justificarlo no me vengan con que el toro de lidia es una especie (raza) que sobrevive gracias a la fiesta, porque aunque sea cierto no supone ningún beneficio para el toro ni para nadie, ni que el toro muere noblemente defendiéndose en igualdad de condiciones, ni cosas de esas. Esa matanza cruel (no más que la de las vacas, ocas, cerdos etc que no han visto campo en su vida y que además han sido sometidos a engorde, cebado, hormonas, amputaciones, estabulación hacinada, etc etc) es simplemente un divertimento. Que lo justifiquen como divertimento y ya está. Un elemento de ocio que genera un negocio del que vive mucha gente y con el cuál mucha otra se pone contenta. A mi juicio no tienen más argumentos para defenderlo.
Luego tenemos otras consideraciones. Somos antropocéntricos. Es decir, pensamos que todos los animales sienten y piensan, temen, odian y aman como nosotros... y no es así. Una rata, por ejemplo, a lo que más teme es a verse atada. Si atas a una rata con alambre en seguida comienza a amputarse su miembro atado. Si no puede (por ejemplo si se le impide cubriendo su pata) se come sus propias tripas. Con un toro pasa algo similar. Prefiere morir de una estocada, embistiendo, que ser atado y estabulado. Se vuelven verdaderamente locos. Y el público no le afecta. La comparación con los gladiadores, donde existe un factor escénico que implica humillación del vencido, no es aplicable. Tendemos a verlo indigno para el animal pero no lo es. La fista nacional a mi juicio es cruel en el sentido en que prolonga la agonía del toro, mas no en el de que supone un divertimento para el público.
Sobre la discusión acerca de la cantidad de alimento (en medidas vegetales) que supone comer carne... es cierto. Una vaca come muchas toneladas de vegetal cultivado a lo largo de su vida. Una ternera aún significa elevar la proporción alimento consumido/peso del animal sacrificado, ya que su gestación es muy larga y rinde poca carne. Pero aún más que en medidas de alimento, para las que el planeta tiene ciertas limitaciones (si os fijáis, en los países tradicionalmente superpoblados son bastante vegetarianos, basando su dieta en el arroz) se podría hablar en términos de agua. En lugares donde este bien escasea el comer carne supone gastar muchísima agua, no sólo para que abreve el ganado sino también para producir el alimento de ese ganado, el forraje.
En relación a las harinas que dice Dash... pues si son de origen animal, peor que si lo son de origen vegetal, porque esa harina viene de un animal que ha bebido agua y que ha comido un vegetal (o más harina animal) que a su vez ha sido regado con agua. Pero ahí nos apartamos del tema de los toros.
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